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lunes, 13 de mayo de 2013

ÁBRETE, SÉSAMO. "¡Ay, Carmela!", un musical de historia, valor, y guerra.

ÁBRETE, SÉSAMO. "¡Ay, Carmela!", un musical de historia, valor, y guerra 1

La historia está repleta de canciones que narran lo que sus protagonistas viven, para trasmitirlo de generación en generación y, de alguna manera, recordar. ¡Ay, Carmela!, también conocida como El paso del Ebro nació de las voces de unos españoles que cantaban en 1808 contra la invasión francesa, en la Guerra de la Independencia. Más de un siglo después, los anarquista la recuperaron para entonarla en la peor de las contiendas, la que obliga a matar a tus propios hermanos, primos, amigos.

Hace pocos días, paseábamos entre el bullicio de un Madrid caluroso, para tomar asiento en el Teatro Reina Victoria, y revivir un episodio de historia narrada en forma de canción. Y vaya que si lo hicimos.

Andrés Lima dirige a un elenco de actores capitaneados por Inma Cuesta, Javier Gutiérrez y Marta Ribera, en la adaptación musical de la obra de teatro, y posterior película ¡Ay, Carmela!. Los actores brillaron, pero lo que más provocó en nosotros el escalofrío, fue la escenografía, apoyada en una iluminación, que parecía emanar de bombas y fuego, nunca de unos focos; así que mi más sincera ovación a Beatriz San Juan y Valentín Álvarez por conseguir ponerme los pelos de punta.

Mujeres tradicionales y rompedoras, de luto, y desnudas, acompañas y solas, con caras que lloran y bocas que ríen. Una sucesión de españolas en blanco y negro, o rojo y gris, ocupan los minutos iniciales hablando sin abrir la boca de una sociedad no muy lejana, de cómo vivían y qué padecían.

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Marta Ribera nos guió a través de la historia con voz sensual y aleccionadora. Sus palabras, a veces gritadas, otras susurradas; se intercalaban con el sonido de bomarderos, bosques que crepitaban en anocheceres de fuego y muerte; y avanzaban con el devenir del carromato de "Carmela y Paulino, variedades a lo fino".

A pesar de que esperábamos a Inma Cuesta, con su mágico duende andaluz, viviendo el papel de Carmela; no podría permitirme desmerecer el trabajo de su cover, Sagra Mielgo, que defendió bien a esta mujer valiente, de ideas firmes; y que nos llevó de la mano a recordar la historia que le cantan, la que le hizo protagonista de la historia.

Paulino cobró vida en el cuerpo de un brillante Javier Gutiérrez; y disfruté escuchando cantar en italiano al enviado de Mussolini, interpretado por un (desconcertantemente) divertido Javier Navares. Álvaro Morte, Pablo Raya, y Javier Enguix, completan el reparto de inocentes brigadista, y de asesinos, con sotana y sin ella, que completan este musical.

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Javier Guitérrez, Inma Cuesta, y Marta Ribera

Víctor Manuel, Pedro Guerra y Vanesa Martín, han compuesto temas originales para el musical, que junto a los temas propios de la obra y la época, como "Suspiros de España", "Ay, Carmela", "Giovinezza" o "Jarama Valley", ponen las notas y letras del espectáculo.

¡Ay, Carmela! primero pisó los escenarios en 1987 bajo la dirección de José Luis Gómez, tras surgir de la pluma de José Sanchis Sinisterra un año antes. Buenos Aires también recibió el canto a nuestra Carmela, y en 1989, grandes actores argentinos como Virginia Lago y Jorge Rivera López, dirigidos por Dervy Vilas revivieron una de las historia que pudo, sin lugar a dudas, haber dejado la Guerra Civil Española.

ÁBRETE, SÉSAMO. "¡Ay, Carmela!", un musical de historia, valor y guerra 4En 1990, Carlos Saura decidió llevar ¡Ay, Carmela! a la gran pantalla y consiguió 13 premios Goya, incluyendo el de Mejor película, actor, y actriz, con un trabajo protagonizado por Carmen Maura, Andrés Pajares, y Gabino Diego.

Andrés Vicente Gómez, productor de la película, encargó a José Luis García Sánchez la adaptación para teatro musical de la historia de Carmela, y propuso la dirección a Andrés Lima. Estos días y hasta el 30 de junio, el Teatro Reina Victoria (Carrera de San Jerónimo, 24) canta de nuevo a la historia y la revive para nosotros en el musical de ¡Ay, Carmela!; y si quieres emocionarte en una de estas tardes de madrileña primavera, donde se mezclan pantalones cortos y chaquetas, sandalias y botas; compra tu entrada para disfrutar de este gran espectáculo cargado de risas, lágrimas, y recuerdos.

No sabemos si fue real lo que ¡Ay, Carmela! narra, pero bien podía serlo. Muchas Carmelas murieron por disparos de otros tantos que no eran nadie, y un uniforme les hizo creerse poderosos. Somos una generación que no ha vivido nada tan doloroso como lo que nos enseñan sobre el escenario del Teatro Reina Victoria; y aunque la venganza no sirve de nada, y el rencor, de mucho menos, no está de más que artistas, directores, especialistas, e historiadores, recuperen y nos trasladen a aquellas viejas canciones que son parte de nuestras historia, y no deben caer en el olvido.