Autor: P.J.L.
Domínguez
Sanchis
Sinisterra, uno de nuestros más relevantes hombres de
teatro, dio con ¡Ay,Carmela! en uno de esos clavos
en los que es tan difícil acertar. Le salió un melodrama redondo
que se instaló de inmediato en el imaginario colectivo de los
españoles. Gran idea la de convertirlo en musical [...]
El espectáculo se sotiene sobre los
puntales de la música (feliz combinación de copla y canciones de
autores actuales), la hábil dramaturgia que incorpora una narradora
y el talento de Valentín Álvarez para la iluminación y las
proyecciones. Estas últimas pecan a menudo de superabundancia, pero
aquí son imprescindibles para centrar la historia en su lugar: la
horrenda tragedia de nuestra guerra civil. Marta Ribera e Inma
Cuesta: dos excelentes cantantes de potente personalidad, colocadas
en dos planos (dramatúrgicos, interpretativos, de imagen) tan
distantes, que no compiten, sino que suman. Todo lo que en Ribera
se ajusta a los estándares internacionales del musical es en Cuesta
tradición española, muy bien diferida. Javier Gutiérrez compone un
Paulino impregnado de ternura y no se pasa de payaso, que es el
riesgo del papel. Fantástico su monólogo final. Lloro poco en el
teatro, pero esta vez me tuve que pasar media función disimulando
para que no me lo notara el señor de al lado.