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viernes, 26 de abril de 2013

ABC.es. Cabaret con fantasmas.

¡Ay, Carmela!. Musical.

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

Los fantasmas de la memoria del viejo cómico vencido Paulino regresan de nuevo a las tablas un cuarto de siglo después de su estreno. Y lo hacen con la música en los huesos para edificar otra vez, aunque de otro modo, aquella historia de dignidad y derrota. Muy bien adaptada por José Luis García Sánchez, la obra de José Sanchis Sinisterra adquiere nuevas dimensiones al desarrollar el contenido musical latente en ella y ser servida por Andrés Lima como una suerte de cabaret berlinés arrevistado - sobre todo al comienzo- que tiene su maestra de ceremonias en la formidable Marta Ribera, narradora y catalizadora de la acción y, una vez más, demostrando que es una actriz de teatro musical como la copa de un pino: canta, baila, actúa, y todo lo hace bien.

ABC.es. CABARET CON FANTASMAS

La mezcla de las canciones antiguas y de las compuestas para la ocasión por Victor Manuel, Pedro Guerra, Vanesa Martín y Joan Valent es muy atractiva, y funciona estupendamente en un paisaje musical que tiene como leitmotiv de fondo una versión elegíaca de "Suspiros de España" y el dramático "¡Ay, Carmela!" evocado en el título. Magníficos también el machiembrado de "Funiculí, funiculá" y "Fiel espada triunfadora", y la contraposición del "Jarama Valley" que entona un miembro de las Brigadas Internacionales con el "Giovinezza" cantado por el capitán italiano. A subrayar un par de licencias cronológicas: la habanera "Yo te diré" fue compuesta en 1945 (letra de Enrique Llovet y música de Jorge Halpern) para la película de Antonio Román "Los últimos de Filipinas", por lo que no pudo ser cantada durante la Guerra Civil, igual que la graciosa rumba "Que viene el coco, mamá", deliciosamente interpretada por Inma Cuesta, que pertenece a la revista de 1948 "¡A la Habana me voy!", de Antonio y Manuel Paso, con música de Francisco Alonso y Daniel Montorio.

Lima combina hábilmente a todos los elementos y consigue un espectáculo divertido y emocionante, de muy buen acabado, aunque el adelgazamiento del texto deje algo difuminada la implicación de Carmela con los brigadistas prisioneros y, por tanto, no se justifique suficientemente el gesto suicida de la cantante, que hasta poco antes, aunque mostrando su genio, intentaba sobrevivir en las aguas revueltas de la contienda. La pareja protagonista está perfecta, Inma Cuesta es una Carmela arrebatadora y sensual de preciosa voz melódica, y Javier Gutiérrez, en un gran trabajo, imprime a su Paulino un entusiasmo empañado de desvalimiento y humor desolado que se mete al público en el bolsillo. Eficaz y afinado el resto del reparto.

ABC.es. CABARET CON FANTASMAS 2